Antigua Grecia: guerras del Peloponeso

Las guerras del Peloponeso fueron dos conflictos bélicos entre las dos ciudades estado más poderosas de la Antigua Grecia: Atenas y Esparta. El primero de ellos tuvo lugar entre los años 460 y 446 A.C., y el segundo en el período comprendido entre el 431 y el 404 A.C.

Entre las causas de las guerras pueden citarse: el solapamiento de las esferas de influencia de ambas ciudades y sus aliados (la Liga de Delos y la Liga del Peloponeso), y el desarrollo económico y militar ateniense, dado por el cobro de tributos y una vasta flota, que hacía sospechar a los espartanos de sus intenciones expansionistas.

En líneas generales, la Segunda guerra del Peloponeso fue el conflicto más intenso y es por este motivo que suele ser referenciado más frecuentemente. Concluidas las hostilidades de la primera guerra, ambas “polis” firman la Paz de los Treinta Años. Sin embargo, una serie de intervenciones de Atenas que afectaron intereses de Corinto, aliada de Esparta, determinaron la ruptura de la tregua.

La primera etapa de la guerra es conocida como guerra arquidámica, de acuerdo a la estrategia fijada por Arquidamo II, rey de Esparta. Esta se prolongó durante diez años y consistió en el asedio de los territorios circundantes a Atenas. La contraofensiva ateniense se daría por vía marítima. Finalmente, luego de la decisiva batalla de Anfípolis, que culminó con triunfo de Esparta y la muerte de los generales más importantes de ambos bandos, se firmó la Paz de Nicias.Pelopennesian_War,_Walls_Protecting_the_City,_431_B.C.

Esta tregua comprendió un período de seis años, durante los cuales las misiones diplomáticas para el sostenimiento de la paz fueron diluyéndose gradualmente y fueron opacadas por los intentos de cada facción por anexar nuevos territorios. El tratado se rompió finalmente como consecuencia de la invasión ateniense a Sicilia en el 415 A.C.

El fracaso de la ofensiva en Sicilia dio inicio a otros once años de guerra. Pero el desenlace del conflicto se alcanzó en el 404 A.C, cuando una Atenas socavada por las disputas internas y cuya flota había sido destruida en la batalla de Arginusas se vio forzada a capitular.