Antigua Roma: la legión

Como consecuencia de los grandes logros militares conseguidos por la República y el Imperio romanos, que llevaron a extender sus dominios por sobre toda Europa, parte de Asia y el norte de África, la legión romana se convirtió en la más afamada de las unidades militares de la antigüedad.

Caracterizada por una compleja estructura organizativa, una jerarquización expresamente determinada de sus unidades, y tácticas y estrategias de combate de avanzada que la distinguían por sobre sus equivalentes contemporáneos, la legión sufrió numerosos cambios desde los comienzos de la civilización romana hasta la caída del Imperio.

Plutarco situó los orígenes de la legión en la fundación de Roma. De acuerdo a su obra, fue Rómulo quien decidio la creación de esta unidad como una suerte de milicia civil, reclutando a sus integrantes entre los primeros pobladores del Lacio. Posteriormente, durante el período monárquico, sólo aquellos hombres mayores de 17 años y con posibilidad de comprar su propio armamento podían enlistarse, entre los cuales los mayores de 45 años constituían un ejército de reserva. Finalmente, con la elección de Cayo Mario como Cónsul el Imperio comenzó a aceptar voluntarios sin propiedades, siendo el Estado quien proveía el equipamiento necesario.1024px-Roman_legion_at_attack_3

Cada legión se conformaba de aproximadamente 4200 soldados de infantería, complementados por una caballería de número reducido, en torno a los 120 hombres. La infantería se dividía en cuatro grupos de acuerdo a su clase social y armamento:

  • Velites: aproximadamente 1200 hombres, entre los más pobres y jóvenes.
  • Hastati: otros 1200 hombres, de mayor edad y recursos.
  • Principes: 1200 hombres maduros que conformaban la segunda línea de la formación.
  • Triarii: los 600 combatientes de mayor edad y más experimentados en batalla, y quienes además tenían los recursos para poseer una armadura pesada.

En cuanto a la estrategia de combate, cada uno de las categorías mencionadas conformaba una línea, dejando suficiente espacio entre cada hombre para poder lanzar el Pilum, un tipo de jabalina característica de las legiones. Luego proseguía el combate cuerpo a cuerpo mediante el uso de la espada y el escudo rectangular.