LA FE: Huelga señalar la emoción que causaron esos acontecimientos en personas aferradas a la creencia de que visitando el Santo Sepulcro o padeciendo por Cristo, obtenían el perdón de sus faltas y se aseguraban la bienaventuranza eterna después de la muerte. Cerrarles las puertas de Jerusalén era cerrarles las del cielo. Morir por Cristo era conquistar un puesto en el paraíso.
El ardor de la fe en Jesucristo fue la segunda causa de las cruzadas. La fe hizo partir hasta personas que no se creían capaces de combatir « Los niños, las ancianas y los ancianos se preparaban para la expedición, cuenta el contemporáneo de la primera cruzada, Guiberto de Nogent; sabían que no podrían combatir; pero esperaban morir mártires, y decían a los guerreros: << Vosotros sois valientes y fuertes y combatiréis; nosotros sufriremos con Cristo y haremos la conquista del cielo. >>
CAUSAS SECUNDARIAS DE LAS CRUZADAS: La presencia de los turcos en Jerusalén y el ardor de la fe animaba a los cristianos fueron las causas determinantes de las cruzadas; pero también intervinieron otras causas diferentes.
En primer lugar, el atractivo del viaje a comarcas desconocidas y el gusto de las aventuras; después, la pasión de las combates, propia de los caballeros, y, por último, en muchos de ellos, la esperanza de hacer fortuna en aquel oriente que pasaba entonces, con fundamento, por ser un país prodigiosamente rico.
Muchos partieron para Tierra Santa como parten hoy para Estados Unidos, Brasil o la República Argentina los emigrantes de Alemania, Italia o Inglaterra, porque ganando difícilmente los medios de existencia en naciones pletóricas de gente, van en busca de los países que pueden ofrecerles algunas hazas de las tierras baldías que tienen de sobran y van, animosos, henchidos de esperanza y columbrando comodidades y riquezas que en el presente no han tenido. Lo propio sucedió en tiempo de las cruzadas.
Los señores se ponían en camino con la esperanza de
conquistar algún principado; los lugareños, con la de encontrar
un rincón de tierra donde poder vivir holgadamente y sin
inquietudes, y todos preparaban su salvación en el otro mundo.
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LA HISTORIA Y SUS PROTAGONISTAS: GRECIA, ROMA Y LA EDAD MEDIA |
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