LAS COSTUMBRES: Dos relatos de Gregorio de Turs, contemporáneo de los acontecimientos, bastarán para juzgar el alma y las costumbres de los tiempos merovingos.
<< Mientras que los hijos de Clodoveo se hallaban en Turingia, uno de ellos, Thierry, quiso matar a su hermano Clotario. Hizo tender una tela entre las dos paredes de su habitación, ocultó detrás de aquella tela unos cuantos hombres armados y llamó a su hermano para tratar con él de un asunto muy importante; mas como la tela era demasiado corta, se veían por debajo de ella los pies de aquellos hombres, por lo que Clotario los vio antes de entrar en la casa guardó sus armas y se hizo acompañar convenientemente. Thierry comprendió que su hermano había adivinado lo que proyectaba, e inventó una patraña. Se habló de cosas diversas, y, no sabiendo cómo explicar el motivo que le había hecho llamar a su hermano, le regaló una gran bandeja de plata. Clotario se retiró después de haberle dado las gracias por el regalo.
Pero, mientras volvía a su casa, Thierry empezó a lamentarse delante su familia por la pérdida de aquel plato sin haber logrado ningún provecho. Por último dijo a su hijo Teodoberto: << Ve a casa de tu tío y ruégale que te ceda el regalo que le hice >> El niño fue y obtuvo de Clotario lo que le pedía. Thierry era muy hábil para tales artificios. >>
Clodomiro, otro hijo de Clodoveo, había muerto dejando dos hijos que educaba su abuela, la reina Clotilde. << Un día, Childeberto, su tío, envió secretamente el recado siguiente a su hermano Clotario: Nuestra madre tiene a los hijos de nuestro hermano y quiere darles el reino.
Es
preciso que vengas en seguida a Paris para que decidamos si
debemos cortarles los cabellos como al resto del pueblo, o si
los matamos para repartirnos el reino de nuestro hermano. a Clotario, >> quien el recado llenó de júbilo, fue prestamente a
Paris.
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LA HISTORIA Y SUS PROTAGONISTAS: GRECIA, ROMA Y LA EDAD MEDIA |
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