LA IGLESIA PRIMITIVA: En las ciudades donde los cristianos eran bastante numerosos formaban una comunidad llamada iglesia, palabra griega que significa asamblea.
Cada uno de sus miembros ejercía libremente su profesión; pero todos se debían asistencia y se reunían para alabar y rogar a Dios. Esa sociedad de oración y de socorros mutuos tenía por presidente un obispo — vigilante — y sus bienes eran administrados por diáconos — servidores. — Los días de reunión, el papel principal pertenecía a los sacerdotes, es decir aquellos a quienes habían sido transmitidos los poderes espirituales dados por Jesús a los apóstoles. Comentaban las palabras de Cristo, daban consejos, animaban, y leían las cartas que les enviaban las iglesias de las otras poblaciones.
La reunión se terminaba con una comida fraternal llamada
ágape, en la cual lo esencial era la eucaristía, es decir, bajo
la especie de pan y de vino, la comunión en el cuerpo y la
sangre de Jesús, instituida por Él en la última cena que celebró
con sus discípulos antes de su prisión. Para ocupar un puesto en
la mesa santa, era preciso estar puro. es decir haber redimido
sus faltas por una confesión y una penitencia públicas. Los
nuevos convertidos, o catecúmenos, no participaban de los ágapes
sino después de haber sido bautizados.
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LA HISTORIA Y SUS PROTAGONISTAS: GRECIA, ROMA Y LA EDAD MEDIA |
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