LA CIUDAD ROMANA: Ya hemos visto en otro capítulo cómo fue reemplazado bajo el gobierno de Servio por otro recinto mayor, que contenía las siete colinas, el recinto cuadrado que trazó Rómulo alrededor del Palatino.
A los lados de estas colinas se agruparon, sin orden ni vialidad, casas irregularmente construidas, según el capricho o las necesidades de los dueños. Las había de dos clases las casas ricas, domus, habitadas por una sola familia, y las casas de vecindad, que tenían tres o cuatro pisos, habitadas por numerosos inquilinos.
Esos pisos estaban construidos como los de las viejas casas de la edad media, o como en las antiguas ciudades de Turquía, esto es, los suelos de las habitaciones eran gradualmente salidizos, de tal suerte que los tejados de dos casas opuestas casi se tocaban. Las calles eran pues verdaderos callejones tortuosos y obscuros, por donde no podían pasar los carros.
No estaban alumbradas por la noche, y el cuerpo de vigilantes, medios gendarmes y medios bomberos, a duras penas prevenía las agresiones nocturnas y los incendios.
Los romanos vivían poco en la casa, antes bien andaban siempre entre la multitud y generalmente estaban en los lugares públicos, que eran: el Foro, sitio donde se celebraban las sesiones del senado, de los tribunales y las asambleas; el Capitolio, centro religioso de la ciudad; el Gran circo o Circo máximo, lugar destinado a los juegos públicos, y el Campo de Marte, situado extramuros, donde se celebraban las funciones militares.
En esos diversos puntos se alzaban los monumentos que enorgullecían a Roma, porque los romanos, como los griegos, descuidaban la arquitectura privada, y atendían con particular predilección a la arquitectura pública.
Una curiosidad de aquella ciudad era el empeño que tenía la
administración para abastecer de agua a la ciudad. Numerosos
acueductos conducían el agua que suministraban lejanas fuentes
(a veces 6o kilómetros). Toda una red de alcantarillas saneaba
los diferentes barrios fábricas ambas que fueron invención de
los romanos.
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LA HISTORIA Y SUS PROTAGONISTAS: GRECIA, ROMA Y LA EDAD MEDIA |
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