LOS REGULARES: El clero regular representó un papel que tuvo excepcional importancia. En la sociedad, en medio de la universal ignorancia, fue la expresión del saber. Los clérigos más sabios se encontraban en los monasterios. Todo lo que se conserva de las obras maestras de la literatura latina procede, sin excepción, de los manuscritos copiados por los monjes. Cuanto sabemos acerca de la historia de la Edad Media, lo debemos en su mayor parte a las crónicas que se escribieron en los monasterios.
Los regulares fueron también activos roturadores de tierras, y, en consecuencia; creadores de poblaciones. Huyendo del mundo, buscaban para establecerse los bosques soledosos o las montañas escarpadas. Una vez escogido el sitio de su retiro, edificaban el monasterio en primer lugar, la capilla; después, los edificios para habitaciones, generalmente dispuestos en cuadro y conteniendo un dormitorio, un refectorio, talleres, biblioteca, etc. Él patio central se destinaba para cementerio; era frecuente que ese patio estuviera rodeado de una galería cubierta que servía de paseo a los religiosos y que se llamaba claustro. Fuera del monasterio propiamente dicho, se alzaba la casa destinada a recibir los viajeros, el hospicio, es decir la casa de huéspedes.
Los monjes, para poder vivir, tenían que labrar las tierras
inmediatas al convento. El respeto que la iglesia inspiraba y
sabia imponer hasta a los desalmados, hacía que los depredadores
no se atrevieran a atacar los monasterios y creaba alrededor de
ellos una como zona de seguridad donde la gente campesina
encontraba asilo y protección en caso necesario. El convento,
además, resultaba ser una como granja modelo ala que bien pronto
rodeaba un pueblo. Centenares de poblaciones se han formado de
esta manera en torno de los monasterios.
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LA HISTORIA Y SUS PROTAGONISTAS: GRECIA, ROMA Y LA EDAD MEDIA |
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