LOS ALMORÁVIDES: La toma de Toledo tuvo inmensa resonancia en el mundo musulmán, y una de sus consecuencias fue el establecimiento de los almorávides en España.
Los almorávides eran una secta de musulmanes fanática de nómadas del Sahara, gente guerrera y avasalladora que había fundado un vasto imperio que iba de Marruecos a Sudán. Yusuf, su jefe, reinaba en Marruecos, capital cuyos cimientos echó él. Llamado por los emires de España, desembarcó en Algeciras (1086) con un ejército compuesto de árabes, berberiscos, nómadas del desierto montados en camellos, y soldados cristianos mercenarios, todos estos animados de pies a cabeza.
Alfonso VI marchó a su encuentro; pero su ejército fue completamente deshecho en Zalamea, cerca de Badajoz; cuando regresó a Toledo, sólo contaba cien hombres en torno suyo (1086). Sin embargo, Toledo continuó perteneciendo a los cristianos. Yusuf se contenté con reinar, en Andalucía; tomó el título de << emir de los emires >> e andaluces; pero como éstos soportaran mal el vasallaje, se embarazo de ellos empleando la violencia. El poderoso jefe almorávide murió centenario en 1106.
Empero, su imperio decayó con rapidez. Obligados a luchar en
África contra los almohades, secta nueva y más feroz que
ellos, los almorávides resistieron ya menos a los ataques de los
cristianos de España. Alfonso I el Batallador, rey de Aragón,
fundó la potencia aragonesa con la toma de Zaragoza (1118). El
poderoso rey de Castilla Alfonso VII arrasó toda Andalucía,
desde Córdoba hasta Cádiz. Alfonso Henríquez, rey de Portugal,
conquistó definitivamente a Lisboa en 1147. Esos fueron los
últimos momentos de la dominación de los almorávides en España,
pues los almohades, después de haberse hecho dueños de
Marruecos, penetraban en Andalucía.
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LA HISTORIA Y SUS PROTAGONISTAS: GRECIA, ROMA Y LA EDAD MEDIA |
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