MICENAS: Micenas era una ciudad compuesta de dos partes la ciudad alta, llamada acrópolis, es decir, la ciudadela, edificada sobre una meseta que media unos 1,000 metros cuadrados, y la ciudad baja, que se extendía en la llanura.
El acrópolis tenía dos recintos fortificados y la ciudad no más que uno. Los muros podían tener, poco más o menos, 9 metros de altura por 5 de espesor. Se entraba en el acrópolis por la Puerta de los Leones; así llamada porque los quicios estaban rematados por una plancha triangular, esculpida en, bajo relieve, que figuraba dos leones cuyas cabezas eran de bronce.
En el mismo acrópolis se han descubierto seis grandes sarcófagos abiertos en la roca. Estas eran sepulturas reales, pues los cadáveres estaban revestidos con ornamentos de oro, y tenían diademas, armas y joyas. Uno de ellos estaba embalsamado y llevaba, como las momias egipcias, una máscara hecha con una laminilla de oro.
En la ciudad baja hay un monumento de 15 metros de altura, cuya cúpula tiene forma de colmena, que conserva aún restos de una hermosa decoración, éste se llama el Tesoro de Atreo, padre de Agamenón, y fue sin duda un mausoleo.
Micenas debió su riqueza a su posición en la montaña, pues dominaba la garganta por donde pasa el camino más corto entre el golfo de Argólide y el de Corinto. Muchos comerciantes hacían uso de este camino, y los habitantes de Micenas debían cobrar derechos de pasaje a las caravanas, como hacia Salomón en Judea, y como hacen hoy en la misma península de los Balcanes, en los caminos del Adriático a Salónica, cierto número de tribus albanesas.
Según los poetas, Micenas tuvo reyes poderosos. El más célebre fué Agamenón, llamado rey de los reyes en los poemas homéricos, que mandó en jefe una expedición general de los griegos contra Troya, ciudad de Asia.
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LA HISTORIA Y SUS PROTAGONISTAS: GRECIA, ROMA Y LA EDAD MEDIA |
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