LOS GRIEGOS: El sur de Italia
estaba colonizado por los griegos, cuyos establecimientos
formaban tres grupos principales: Campania, cuyo centro
principal era Nápoles; Calabria, con Tarento, Crolona y
Sibaris,
y Sicilia, con Siracusa.
En estas ciudades que la industria y el comercio hicieron
prósperas, y ventajosamente situadas a orillas del mar y en
regiones fértiles, florecía la civilización griega. Allí se
vivía como en Grecia, había el mismo gusto por los ejercicios
corporales, la misma cultura intelectual, la misma religión
poética y las mismas pasiones políticas. Gracias a esas
ciudades, el ingenio griego, producto de razón y de claridad,
felizmente penetró entre los rudos campesinos de Lacio y los
libré de la sombría influencia de los etruscos.
LOS LATINOS: Entre los etruscos y
los griegos, pueblos civilizados y civilizadores de Italia
central, vivían poblaciones de pastores y labriegos llamadas
comúnmente con el nombro de latinos, y que formaban cuatro
grupos diferentes los umbrianos, los sabinos, los samnitas y los
latinos.
La región que habitaban comprendía la llanura del Tíber o Lacio
y las montañas cíe los Abruzos que rodean a Lacio con una
muralla de rocas. La gente de la montaña, separada de los
extranjeros, conservé mucho tiempo sus costumbres primitivas.
Eran pequeñas tribus, pobres y montaraces, cuyos guerreros,
célebres por su valor y sus magníficas armaduras, se alquilaban
como soldados en los pueblos inmediatos. A veces estas tribus se
asociaban para expediciones de merodeo, pero no formaron jamás
naciones.
La gente de la llanura, por el contrario, como ocupaba
el país intermediario entre la Magna Grecia y Etruria,
estuvieron en contacto más frecuente con los extranjeros. De
éstos recibieron los métodos de cultura, al arte de edificar
ciudades y las instituciones políticas y religiosas. De aquí que
se fundieran en un solo estado antes que sus hermanos de la
montaña, y este fue el estado romano.
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LA HISTORIA Y SUS PROTAGONISTAS: GRECIA, ROMA Y LA EDAD MEDIA |
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