HISTORIA DE LA EDAD MEDIA

HISTORIA DE LA EDAD MEDIA PASO A PASO - IDEAL PARA INICIARSE EN LA APASIONANTE HISTORIA ANTIGUA

EUROPA A FINES DEL SIGLO XV
EUROPA OCCIDENTAL
INGLATERRA. — FRANCIA. — ESPAÑA.

INGLATERRA: El periodo comprendido entre los siglos XIII y XV fue incontestablemente para Inglaterra una época de vicisitudes. En los primeros tiempos, durante la guerra de los cien años, Inglaterra gozó de prosperidad grandísima. Los ingleses pudieron traficar libremente con Flandes, y dar expediciones militares en Francia fueron manantial de provechos considerables. Las ciudades se desarrollaron y los villanos y la nobleza se enriquecieron. Al mismo tiempo, la nación inglesa tomó parte muy activa en el gobierno de los negocios públicos esta fue también una de las consecuencias de la guerra de los cien años.

Los reyes, para sus expediciones en Francia, tenían necesidad de mucho dinero; pero en virtud de la Magna Carta, los reyes no podían imponer ni exigir impuestos sino con el consentimiento de sus súbditos. De aquí que Eduardo III (1327-1377), el vencedor de Calé, en los cincuenta años que reinó, estuvo obligado a convocar cuarenta y ocho veces el parlamento. Éste le concedió siempre el dinero que pedía, pero al mismo tiempo presentaba advertencias, que eran protestas, hacía que le rindieran cuentas y hasta exigió que el tratado de Bretigny fuera sometido a su aprobación.

Empero, los ingleses, victoriosos con Eduardo III y los príncipes de la casa de Láncaster, Enrique IV y Enrique V, fueron vencidos con Enrique VI. La pérdida de sus posesiones de Francia y la alianza del duque de Borgoña, asestaron un golpe terrible a su comercio, que perdió los mercados de Guyena y de Flandes.

Hicieron al rey responsable de los desastres y, después del revés que para ellos fue la batalla de Formigny, estalló una sublevación, organizada por Ricardo de York, primo del rey, que pretendía tener derechos a la corona; sublevación que dio principio a una guerra civil que duró treinta años (1451-1485).

En el siglo XV, el soldado de caballería estaba metido en una serie de cajas de metal, acolchadas interiormente. El cobalto también estaba acorazado de la cabeza a la grupa. En este grabado se ve que tiene la cabeza, la testera, y en el cuello una coto de mallas. La armadura del jinete y del caballo pesan más de 88 kilogramos. Hoy, la carga de guerra completa de un caballo de coracero francés (armas, silla, víveres, etc.) pesa 30 kilogramos.